miércoles, 15 de febrero de 2012

La figura del guapo en el tango. Letras.

Ventarrón
Tango 1933
Música: Pedro Maffia 
Letra: José Horacio Staffolani 
Por tu fama, por tu estampa,
sos el malevo mentado del hampa;
sos el más taura entre todos los tauras,
sos el mismo Ventarrón.

¿Quién te iguala por tu rango
en las canyengues quebradas del tango,
en la conquista de los corazones,
si se da la ocasión?

Entre el malevaje,
Ventarrón a vos te llaman...
Ventarrón, por tu coraje,
por tus hazañas todos te aclaman...

A pesar de todo,
Ventarrón dejó Pompeya
y se fue tras de la estrella
que su destino le señaló.

Muchos años han pasado
y sus guapezas y sus berretines
los fue dejando por los cafetines
como un castigo de Dios.

Solo y triste, casi enfermo,
con sus derrotas mordiéndole el alma,
volvió el malevo buscando su fama
que otro ya conquistó.

Ya no sos el mismo,
Ventarrón, de aquellos tiempos.
Sos cartón para el amigo
y para el maula un pobre cristo.

Y al sentir un tango
compadrón y retobado,
recordás aquel pasado,
las glorias guapas de Ventarrón.


El último guapo
Tango 
Música: Leo Lipesker 
Letra: Abel Aznar 
Con el funyi tirao sobre un ojo
y un amago de tango al andar,
sin apuro, sobrando de reojo,
el último guapo vendrá al arrabal.
Entrará por la calle angostita
y al pasar frente al viejo portón
silbará pa' que vuelva a la cita
la piba que es dueña de su corazón.

El farolito perdido,
el callejón sin salida
y el conventillo florido
saldrán del olvido
de nuevo a la vida.
El almacén de los curdas,
la luna sobre un puñal,
una caricia y un beso
serán el regreso
del viejo arrabal.

Con un fueye que es puro rezongo
y dos violas cinchando al costao,
otra vez, del antiguo bailongo
el último guapo será el envidiao.
Jugará con desprecio su vida
por el sol de un florido percal
y se irá, sin llevar ni una herida,
el último guapo, del viejo arrabal.



Bailarín compadrito
Tango 1929
Música: Miguel Bucino 
Letra: Miguel Bucino 
Vestido como dandy, peinao a la gomina
y dueño de una mina más linda que una flor,
bailás en la milonga con aire de importancia,
luciendo la elegancia y haciendo exhibición.

Cualquiera iba a decirte, che, reo de otros tiempos,
que un día llegarías a rey de cabaret,
que pa' enseñar tu corte pondrías academia...
Al taura siempre premia la suerte que es mujer.

Bailarín compadrito,
que floriaste tu corte primero,
en el viejo bailongo orillero
de Barracas al sur.

Bailarín compadrito,
que quisiste probar otra vida,
y al lucir tu famosa corrida
te viniste al Maipú.

Araca, cuando a veces oís La Cumparsita
yo sé cómo palpita tu cuore al recordar
que un día lo bailaste de lengue y sin un mango
y ahora el mismo tango bailás hecho un bacán.

Pero algo vos darías por ser sólo un ratito
el mismo compadrito del tiempo que se fue,
pues cansa tanta gloria y un poco triste y viejo
te ves en el espejo del viejo cabaret.





Malevaje
Tango 1929
Música: Juan de Dios Filiberto 
Letra: Enrique Santos Discepolo 
Decí, por Dios, ¿qué me has dao,
que estoy tan cambiao,
no sé más quien soy?
El malevaje extrañao,
me mira sin comprender...
Me ve perdiendo el cartel
de guapo que ayer
brillaba en la acción...
¿No ves que estoy embretao,
vencido y maniao
en tu corazón?

Te vi pasar tangueando altanera
con un compás tan hondo y sensual
que no fue más que verte y perder
la fe, el coraje,
el ansia 'e guapear.
No me has dejao ni el pucho en la oreja
de aquel pasao malevo y feroz...
¡Ya no me falta pa' completar
más que ir a misa e hincarme a rezar!

Ayer, de miedo a matar,
en vez de pelear
me puse a correr...
Me vi a la sombra o finao;
pensé en no verte y temblé...
¡Si yo, -que nunca aflojé-
de noche angustiao
me encierro a yorar!...
Decí, por Dios, ¿qué me has dao,
que estoy tan cambiao,
no sé más quien soy?



Quién hubiera dicho
Tango
1932
Music: Rodolfo Sciammarella 
Lyric: Luis César Amadori 

 Esteban Morgado (guitar) Edgardo Solhoffer (cello
Singer: Adriana Varela
Buenos Aires 1994
Melopea CDMSE 5065 "Corazones perversos"



 ¡Qué cosas, hermano,
que tiene la vida!
Yo no la quería
cuando la encontré
hasta que una noche
me dijo, resuelta:
Ya estoy muy cansada
de todo... Y se fue.
¡Qué cosas, hermano,
que tiene la vida!
Desde ese momento
la empecé a querer.

¡Cuántos sacrificios
hice pa' olvidarla!
¡En cuántos fandangos
mis noches perdí!
¡Quien hubiera dicho
que por ese mono
diera tantos tumbos
como los que di!
He tirao la vida
por los cafetines
pa' mostrarle a todos
que ya la olvidé,
pero todo es grupo
y al quedarme a solas
he llorao, hermano,
como una mujer.

Dos años enteros
la tuve a mi lado
y nunca, ni en sueños,
quererla pensé.
¡Quien iba a decirme
que loco yo un día
la vida daría
por verla otra vez!...
¡Qué cosas, hermano,
que tiene la vida...
¡Si somos machiettas
entrando a querer!




Sonatina
Tango 
Música: Marcelino Hernández 
Letra: Abel Aznar 
Las copas ya vacías
sobre el frío mostrador,
en cada copa un sueño,
una lágrima, un rencor.
Y siguen la rutinas,
la vieja sonatina,
llorando en la neblina
del humo y del licor.
La turbia indiferencia
del que va para olvidar,
la otra indiferencia
del que toma por tomar.
Reniega de tu pena,
gastada pero ajena
y al fin te quedas solo,
como una copa más.

Con tu violín descolorido
y con tu alma de arlequín,
seguís andando sin olvido,
de cafetín en cafetín.
Tu vieja y triste sonatina,
parece, en cada bodegón,
una esperanza que camina
bajo un cielo de neblina
arrastrando un corazón.

Y sigues noche a noche,
desnudando tu violín
y vas de mesa en mesa
con tu alma de arlequín.
Tu alma empecinada
que nunca encuentra nada,
buscando en las cantinas
y en cada cafetín.
Buscando una sonrisa,
una lágrima nomás,
buscando quien comprenda
la amargura que hay detrás,
de cada madrugada
cuando solo te quedas
mirando las monedas
que no te llevarás.



Así se baila el tango
Tango 1942
Música: Elías Randal 
Letra: Marvil (Elizardo Martínez Vilas) 
¡Qué saben los pitucos, lamidos y shushetas!
¡Qué saben lo que es tango, qué saben de compás!
Aquí está la elegancia. ¡Qué pinta! ¡Qué silueta!
¡Qué porte! ¡Qué arrogancia! ¡Qué clase pa'bailar!
Así se corta el césped mientras dibujo el ocho,
para estas filigranas yo soy como un pintor.
Ahora una corrida, una vuelta, una sentada...
¡Así se baila el tango, un tango de mi flor!

Así se baila el tango,
Sintiendo en la cara,
la sangre que sube
a cada compás,
mientras el brazo,
como una serpiente,
se enrosca en el talle
que se va a quebrar.
Así se baila el tango,
mezclando el aliento,
cerrando los ojos
pa' escuchar mejor,
cómo los violines
le cuentan al fueye
por qué desde esa noche
Malena no cantó.

¿Será mujer o junco, cuando hace una quebrada?
¿Tendrá resorte o cuerda para mover los pies?
Lo cierto es que mi prenda, que mi "peor es nada",
bailando es una fiera que me hace enloquecer...
A veces me pregunto si no será mi sombra
que siempre me persigue, o un ser sin voluntad.
¡Pero es que ya ha nacido así, pa' la milonga
y, como yo, se muere, se muere por bailar!


Bailarín compadrito
Tango 1929
Música: Miguel Bucino 
Letra: Miguel Bucino 
Vestido como dandy, peinao a la gomina
y dueño de una mina más linda que una flor,
bailás en la milonga con aire de importancia,
luciendo la elegancia y haciendo exhibición.

Cualquiera iba a decirte, che, reo de otros tiempos,
que un día llegarías a rey de cabaret,
que pa' enseñar tu corte pondrías academia...
Al taura siempre premia la suerte que es mujer.

Bailarín compadrito,
que floriaste tu corte primero,
en el viejo bailongo orillero
de Barracas al sur.

Bailarín compadrito,
que quisiste probar otra vida,
y al lucir tu famosa corrida
te viniste al Maipú.

Araca, cuando a veces oís La Cumparsita
yo sé cómo palpita tu cuore al recordar
que un día lo bailaste de lengue y sin un mango
y ahora el mismo tango bailás hecho un bacán.

Pero algo vos darías por ser sólo un ratito
el mismo compadrito del tiempo que se fue,
pues cansa tanta gloria y un poco triste y viejo
te ves en el espejo del viejo cabaret.


Luna
Milonga 
Música: Lucio Demare 
Letra: Homero Manzi 
¡Luna... Luna!...

Lluvia de tu harina iluminada
cubre de tristeza el corazón.
No podré escuchar más nunca
la canción
de su voz enamorada.

¡Luna!...
Luna que alumbraste mi pasión
dame con tu luz la luz que se llevó.
Dame el brillo que me falta.
¡Luna!...
¡Sabes que es oscuro mi dolor!...

Lloró y lloró. La vi morir.
No supo nunca lo que sufrí.
Su recuerdo es una sombra larga y gris.
Su recuerdo es una herida.
Luna,
préstame la llama que perdí.

Fue nube, fue pluma de ala,
rumor de lluvia, sabor de mar.
Fue brisa de la mañana,
canción de cuna, ronda lejana.

Fue nido de cuatro ramas,
fue vida y sueño, fue fruto y flor,
fue jugo de verde brama,
color de nieve, calor de llama.
Fue todo y fue, lo que no es más.
¡Tan sólo olvido no será!...

¡Luna... Luna!...
Pálida, muy pálida la cara.
Nieve de tu luz sobre la piel.
Duerme lejos, lejos mío sin saber
que la llaman mis palabras.
Luna,
bañan tus cenizas el jardín
¡y ella no podrá jamás volver a mí!...
Novia ausente, sombra helada.
Luna...
¡sabes que es profundo su dormir!...

¡Adiós... Adiós!... Calló después.
¡Junto a su ausencia, lloré y lloré!...
Su perfume está en la rosa y el jazmín
y su sombra en la laguna.
Luna,
¡nunca... nunca más vendrá hasta mí!...






Ave de paso
Tango
1937
Music: Charlo 
Lyric: Enrique Cadícamo 


(03'10")

 with orchestra
Singer: Charlo
24/09/1951 Buenos Aires 0
Columbia-CBS 


 Ha llegado el momento querida,
de ausentarme quién sabe hasta cuándo.
En mis labios se asoma temblando
una mueca que dice el adiós...
Nuestro amor fue un amor del momento,
mi cariño fue un ave de paso
y tu beso de miel y de raso
fue un vaso sagrado que no olvidaré.

¡Adiós, muñequita de cobre!
Muchacha morena, tu amor tropical
exhala en mi alma su risa salobre
como una canción sentimental.
La luna de Río se queda
para que en las noches le cuente que yo
pasé por tu lado, viajero incansable,
pasé por tu lado y dejé el corazón.

Mi destino es andar en la vida...
Hice mal en soñar a tu lado.
Se ha teñido ese cielo rosado
al conjuro de darte esta adiós...
Perdoná mi promesa, morena.
Olvidá mi locura de amarte.
Buenos Aires mi obliga a dejarte
y bajo esos cielos con vos soñaré...





Che papusa oí!
Tango 1927
Música: Gerardo Matos Rodríguez  
Letra: Enrique Cadícamo 
Muñeca, muñequita que hablás con zeta
y que con gracia posta batís mishé;
que con tus aspavientos de pandereta
sos la milonguerita de más chiqué;
trajeada de bacana, bailás con corte
y por raro snobismo tomás prissé,
y que en auto camba, de sur a norte,
paseás como una dama de gran cachet.

Che papusa, oí
los acordes melodiosos que modula el bandoneón;
Che papusa, oí
los latidos angustiosos de tu pobre corazón;
Che papusa, oí
cómo surgen de este tango los pasajes de tu ayer...
Si entre el lujo del ambiente
hoy te arrastra la corriente,
mañana te quiero ver...

Milonguerita linda, papusa y breva,
con ojos picarescos de pippermint,
de parla afranchutada, pinta maleva
y boca pecadora color carmín,
engrupen tus alhajas en la milonga
con regio faroleo brillanteril
y al bailar esos tangos de meta y ponga
volvés otario al vivo y al rana gil.


Mano cruel
Tango
1928
Music: Carmelo Mutarelli 
Lyric: Armando Tagini 


Fuiste la piba mimada
de la calle Pepirí,
la calle nunca olvidada
donde yo te conocí;
y porque eras linda y buena,
un muchacho medio loco
te hizo reina del piropo
en un verso muy fifí.

Tu gracia supo en las milongas cautivar,
por tus encantos suspiró más de un varón,
y sin embargo no encontraste el ideal
capaz de hacer estremece tu corazón.
Pero en las sombras acechaba el vil ladrón
que ajó tu encanto juvenil con mano cruel,
cedió tu oído a sus palabras de pasión
y abandonaste para siempre el barrio aquel.

Hoy te he visto a la salida
de un lujoso cabaret,
y en tu carita afligida
honda pena adiviné.
Yo sé que hasta el alma dieras
por volver a ser lo que eras.
No podrás, la primavera
de tu vida ya se fue.

Hoy ya no sos la linda piba que mimó
la muchachada de la calle Pepirí,
aquella calle donde yo te conocí
y donde un mozo soñador tanto te amó.
Mintió aquel hombre que riqueza te ofreció,
con mano cruel ajó tu gracia y tu virtud;
eras la rosa de fragante juventud
que hurtó al rosal el caballero que pasó.


  Será una noche
Tango 1935
Música: José Tinelli 
Letra: Manuel Ferradás Campos 
Yo sé que habrá una noche
feliz en mi existencia,
será la noche aquella
triunfal de mis amores,
cuando el cansancio de vivir
te haga volver.
Yo sé que habrá una noche
en que vendrás a mí.

Y yo tendré en mis labios risas,
más luz en mi mirada buena,
y en cada beso irá mi vida
tratando de calmar tu pena.
La noche en que retornes,
mi alma se vestirá con luz de estrellas,
y mi corazón será una flor
bajo un rocío de amor.

Por eso es que yo espero,
por eso es que yo sueño.
Yo sé que a la distancia
bendices mi recuerdo,
y alguna vez te vencerá
tanto sufrir,
entonces la nostalgia
te ha de llevar a mí.


Corazón de oro
Vals 
Música: Francisco Canaro 
Letra: Jesús Fernández Blanco 
Con su amor mi madre me enseñó
a reír y soñar,
y con besos me alentó
a sufrir sin llorar...
En mi pecho nunca tengo hiel,
en el alma canta la lusión,
y es mi vida alegre cascabel.
¡Con oro se forjó mi corazón!...
Siempre he sido noble en el amor,
el placer, la amistad;
mi cariño no causó dolor,
mi querer fue verdad...
Cuando siento el filo de un puñal
que me clava a veces la traición,
no enmudece el pájaro ideal,
¡porque yo tengo de oro el corazón!...

Entre amor
florecí
y el dolor
huyó de mí.
Sé curar
mi aflicción
sin llorar,
¡tengo de oro el corazón!...

¡Los ruiseñores de mi alegría
van por mi vida cantando a coro
y en las campanas del alma mía
resuena el oro del corazón!...

Yo pagué la negra ingratitud
con gentil compasión,
y jamás dejó mi juventud
de entonar su canción...
Al sentir el alma enardecer
y apurar con ansia mi pasión,
no me da dolores el placer,
¡pues tengo de oro puro el corazón!...
Entre risas pasa mi vivir,
siempre amé, no sé odiar,
y convierto en trinos mi sufrir
porque sé perdonar...
Mi existencia quiero embellecer,
pues al ver que muere una ilusión,
otras bellas siento renacer,
¡mi madre me hizo de oro el corazón!...


Pucherito de gallina
Tango 
Música: Roberto Medina 
Letra: Roberto Medina 
Con veinte abriles me vine para el centro,
mi debut fue en Corrientes y Maipú;
del brazo de hombres jugados y con vento,
allí quise, quemar mi juventud...
Allí aprendí lo que es ser un calavera,
me enseñaron, que nunca hay que fallar.
Me hice una vida mistonga y sensiblera
y entre otras cosas, me daba por cantar.

Cabaret... "Tropezón"...,
era la eterna rutina.
Pucherito de gallina, con viejo vino carlón.
Cabaret... metejón...
un amor en cada esquina;
unos esperan la mina
pa' tomar el chocolate;
otros facturas con mate
o el raje para el convoy.

Canté en el viejo varieté del Parque Goal,
y en los dancings del viejo Leandro Alem;
donde llegaban "chicas mal de casas bien",
con esas otras "chicas bien de casas mal"...
Con veinte abriles me vine para el centro;
mi debut fue en Corrientes y Maipú.
Hoy han pasado los años y no encuentro,
calor de hogar, familia y juventud.





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